URBAN STREET es la voz de la ciudad puesta en la boca. Una colección que bebe del asfalto, los grafitis, los muros desconchados y el humo de las farolas. Es la traducción estética de la calle: cruda, ruidosa, viva.

Cada bucal es un fragmento urbano convertido en diseño: tipografías que parecen pintadas a spray, símbolos que recuerdan a tatuajes improvisados, destellos de grillz dorados y billetes rotos que hablan de ambición y exceso.

Urban Street no busca encajar, busca destacar. Es actitud en estado puro, un recordatorio de que el estilo nace abajo, en la esquina, en la plaza, en el barrio. Llevarlo es apropiarse del pulso de la calle y gritarlo con los dientes.